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Normalmente, siempre se habla de aquellas dietas especiales para embarazadas: todos aquellos alimentos que pueden tomar y los que no, cuáles son más beneficiosos para la formación de ese nuevo ser que se forma en su interior, de cuáles no hay que abusar, etc.

Pero una mamá que está dando pecho al bebé también debe tener cuidado con su dieta ya que, aunque la leche materna proporciona suficientes nutrientes al bebé, bien es cierto que no comer adecuadamente durante este periodo puede afectar a la cantidad de leche que se produce y a su calidad. Por lo tanto, es importante llevar una alimentación sana y equilibrada.

En esta ocasión hablaremos del marisco (gambas, mejillones, almejas, ostras, langostinos, bogavantes, cangrejo de mar, pulpo, sepia, calamar…), y pescado azul (salmón, caballa, arenque, atún, bonito, anchoas, sardinas, etc.).

Los pescados y los mariscos son muy recomendables durante el periodo de lactancia ya que se trata de un alimento muy saludable:

• Es rico en proteínas de alta calidad.
• Fuente de vitaminas A, E y B y minerales como el zinc, el yodo, el selenio y el hierro.
• Bajo en grasas saturadas y rico en grasas poliinsaturadas.
• Alto contenido de ácidos Omega 3 (principalmente el ácido DHA).
• Tiene pocas calorías.

Si quieres potenciar los beneficios del marisco, a la hora de cocinarlos incluye alimentos ricos en vitamina C. Estos actuarán como complemento para fortalecer tu sistema inmunológico.

Al combinarlos con otros alimentos se deben evitar las grasas en exceso,  lo que no impide que aumentes el valor calórico cuando sea necesario. Por ejemplo, un arroz con gambas o un sandwich de marisco pueden resultar platos ideales tanto para la madre como para el hijo.

Ayuda a la alimentación de tu bebé cuidando la tuya. Los pescados y mariscos, siempre con moderación, son muy saludables y un placer para el paladar.